Cuando un menor alcanza la mayoría de edad, la asignación de la vivienda familiar dejará de atribuirse de manera automática, en este supuesto, si el menor tuviera ingresos suficientes para llevar una vida independiente cesará en tal atribución, de lo contrario -que es lo habitual- el hijo mayor de edad mantendrá la asignación de la vivienda hasta que obtenga ingresos suficientes para llevar una vida independiente económicamente. En todo caso, alcanzada la mayoría de edad, el hijo deberá estudiar con aprovechamiento o en su defecto buscar activamente empleo.
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